Mi destino cruel sería lo sabía,
A un fin fatal tendría que llegar;
Porque amar, amarte a escondidas,
Trágico signo de agonía será.
Será llorar por las noches mis pesares,
Será sentir, gemir mi corazón;
Tu corazón me amaba como mares,
Más como el río de mí se alejó.
En el remanso de mi corazón marchito,
Agobiado, herido por la flecha cruel;
Sólo con el néctar de las flores, fruto bendito,
Podré sanar la herida en mi ser.
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