Mi corazón arrojó sólo un grito,
mi alma se estremeció;
las tinieblas se disiparon,
florecieron cual luces multicolor.
La noche atrapó al fin al cielo,
y todo en ella escondió;
las risas, los llantos, congojas,
en un momento las desvaneció.
Conoces mi vida muy triste,
conoces mi dulce pasión;
conoces mis sueños que adoro,
los deseos de mi ilusión.
Lloré (lo sabes) cuando te fuiste,
y mi corazón gimió de desesperación;
recuerda te amé tanto vida mía,
y te sigo amando aun hoy.
No te dí mi adiós al despedirte,
pues te fuiste sin más yo saber;
tu recuerdo ahora taladra,
mi mente y todo mi ser.
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