Por el cielo infinito,
vinieron,
hoy van
surcando senderon do no volverán,
sus huellas dejaron
en el cielo
al partir
fueron una ilusión que ya no volverá.
El claro celaje adornado de perlas,
diamantes prendados en su corazón;
su faz acaricia ya la suave brisa,
retoza y canta, ahoga el dolor.
El sol con su lumbre, su cara sonrió,
la luna celos, en el firmamento se escondió;
miraba exhausta caricias de ellas,
de las golondrinas que vinieron y hoy van;
surcando senderos,
do no volverán.
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